Ian Thorpe se retira

Hace ya unos años que escuché hablar de ti por primera vez. Fue cuando empezabas a destacar de verdad, en aquellos Juegos Olímpicos del año 2000 en la bella ciudad de Sidney, donde conseguiste un sinfín de medallas, tres de ellas de oro, varios récords mundiales y batiste al equipo estadounidense del relevo 4x100. Fue por aquel año cuando empezaron a apodarte ''Thorpedo'', por tu manera de hacer que pareciera fácil batir registros, por aquella forma de nadar, suave pero demoledora con los rivales.
En los siguientes campeonatos del mundo seguiste ganando medallas de una forma aplastante. Todavía recuerdo el año 2003, en los mundiales de natación de Barcelona, cuando prefería quedarme en casa a verte competir que bajar un rato a la playa: verte a ti nadar con esa facilidad y ese dominio valía la pena.
Luego, todo hay que decirlo, tras el cambio de entrenador, intentaste ser el mismo, pero todo era ya diferente, intentaste cambiar de pruebas para engordar tu palmarés, y en cierto modo lo conseguiste, pero cada vez era más difícil, cada vez te costaba más ponerte el traje de delfín. Además apareció en el horizonte otro nadador de esos que marcan época, Michael Phelps,que empezó a equipararse a tu nivel y poco a poco te fue superando.
Más tarde llegaron las lesiones, y ahora, cuando parecía que lo volverías a intentar otra vez, cuando muchos aún esperábamos que en los próximos Juegos olímpicos volvieras a reencontrarte con el agua, que volvieráis a tener esa armonía perdida, anuncias tu retirada, con tan sólo veinticuatro años, diciendo que has perdido la motivación por competir.
No sé a qué te dedicarás ahora, ni si podrás aguantar tanto tiempo sin la adrelina que produce la alta competición, lo que si sé es que tienes reservado un asiento entre los más grandes de la natación, y que, si hubieras tenido las mismas ganas de competir como talento, serías el mejor nadador de todos los tiempos.
Gracias por todo, Ian Thorpe, sé que muchos aficionados a la natación seguiremos esperando a que vuelvas a tu hábitat natural: el agua de las piscinas olímpicas.